martes, 21 de octubre de 2014

Triste pesar

Susurrando entre los resquicios de mi alma,
los huesos crujen por verte sonreír.

La luz de tu mirada se apaga...
y mis músculos se desgarran...
ante la imposibilidad...
de que tu corazón...
retumbe por mí.

La sordera te evita escuchar
los gritos silenciosos
de mi triste pesar.

Las lágrimas se anudan en mi garganta...
impidiéndome gritar tu nombre.

Ya no te pregunto,
nunca lo hice,
ni siquiera en mi mente...
la pregunta de "¿por qué la luz
ya no brilla en tus ojos
cuando me acerco a ti?"

Mis labios se quiebran en una sonrisa,
triste y deshilachada,
al verte partir.

No lo entiendo,
pero quizás es mejor así.