domingo, 8 de junio de 2014

Fauces

Desgarras tus vestidos al pasar
entre las rosas cargadas de espinas
por la vereda que marca el camino 
de la inocencia perdida.

Te acercas al acantilado
de tus sentimientos
y observas el mar picado
que regurgita tus pensamientos.

Las lágrimas acechan en la negrura infinita de tus dedos
y clavas puñales
en corazones sangrantes
que palpitan y laceran los recuerdos pasados.

Fluyen los gritos
acompañando la cacofonía
de la tierra en movimiento...
del mar encrespado...
de las hojas susurrando...

Te sientas en el umbral
de las sombras del mar
y zambulles los pies
en el denso petróleo de tu ser.

Vacuas miradas
contemplan el mundo pasar
mientras tus sentimientos se desgajan
cual rosa marchita de plata.

Se quiebran las voluntades
y se recurre a las veleidades
que un día fragmentaron
tu alma oscura y cansada.

Mitigas la amargura
de tu alma impura
saltando al abismo
del pozo infinito
que abre sus fauces
para tragarte 
en un instante.


Y caes,
y ríes,
y lloras,
y golpeas las losas
y mueres en un segundo
dejando a un lado
la mente y el corazón turbios.

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