Amanece en un oscuro día soleado.
Las nubes quiebran el murmullo
del viento que, tenaz, mueve las hojas de la libertad.
La lluvia moja los sentimientos,
barriendo mares de sal.
Los suspiros anidan en la quietud
de un copo de nieve que cae posándose sobre los labios, ahogando la respiración
cual mordaza triste y silenciosa.
El trueno estalla en el interior
del corazón, quebrándolo con sonidos inciertos… y el rayo surge por los poros
de la piel, iluminando con mil matices los pensamientos truncados.
Por las venas corre fuego líquido
que hiela y quema, hiere y sana, los brillantes recuerdos de vanas esperanzas.
Y ahí están el hielo, el agua, el
viento, la nieve, la luz, el fuego… que cubren el cuerpo e inundan el
pensamiento de futuros momentos.
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