martes, 10 de junio de 2014

Ya no hay nadie

Me inquieta comprobar
que ya no hay nadie en el lugar
en el que tú y yo nos juntamos
hará ya tantos años.

Me sorprendo al recordar
lo feliz que fui al mirar
tus ojos estrellados
bajo el cielo nublado.

Ahora el recuerdo está vacío,
todos se han ido
y mi mente
se retuerce
entre los lazos de la muerte.

Los sueños se han roto en el palpitante mar de la soledad.
Los ojos se han nublado de fría escarcha.
Los labios se han agrietado por la sequedad de la sal.

Tú y yo, y todos los demás
reposaremos los huesos
bajo este suelo
que cubre nuestras pisadas
de verde escarlata.

Ya no hay nadie
en esta soledad
que me embarga
y me transporta
como náufrago
en alta mar.

Ya no hay nadie
que hunda su mano
entre la espuma de las olas
para sacar mi cuerpo
del frío mar incierto.

Ya no estás
y yo tampoco estoy,
sólo somos dos cadáveres
que guardan estos lares.

Ya no hay nadie...

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