lunes, 7 de octubre de 2013

Rayo de sol

Un rayo de sol brilla al despuntar el alba,
recorre llanuras y montañas ignotas.

Se refleja en el azul del mar y se divide,
una parte de él atraviesa la capa del líquido elemento,
disgregándose en múltiples haces luminosos
e iluminando las oscuras profundidades del océano.

La luz reflejada sigue con su avance
continuo, eterno, interminable.
Llega hasta el lugar donde la curiosidad
vence a la prudencia.

Se asoma
al cristal de la casa que ha encontrado
y decide entrar.
Allí encuentra un espejo.

Incide en él y se refleja su luz,
recorre la habitación una y otra vez,
incapaz de parar.

Se da cuenta
de la imposibilidad
de salir del lugar.

Frustrado, el rayo, golpea
las superficies en las que se refleja,
creando haces multicolores de luz
y descomponiéndose en colores primarios.

La casa se llena de luz,
la prisión se vuelve bella y majestuosa.
La claridad y el calor lo empañan todo.

Y, entonces, una mano
se mueve bajo la sábana,
se eleva y busca la ventana.

La encuentra y
abre una de las hojas
para sofocar el calor
reinante en el lugar.

El rayo ve
su oportunidad de escapar
y como una flecha
se dirige hacia su salvación,
hacia la ventana abierta,
la salida.

Una vez fuera, la casa
vuelve a sumirse en una oscuridad difusa,
más clara que la noche
pero más oscura que el día.

El rayo de luz
contempla la prisión desde la distancia,
como valorando
si merecería la pena volver a entrar.

Ahora sabe
que siempre que la ventana esté abierta
podrá entrar y salir libremente,
y con esa seguridad
termina por lanzarse de nuevo
a la reflexión y descomposición de su luz
en mil colores distintos.

2 comentarios:

  1. ...quien pudiera ser rayo... ser luz...

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    1. ¿Quieres ser luz? ^_^ Ups, he visto que hay alguna errata... a ver si consigo corregir el relatillo ^_^

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