sábado, 14 de junio de 2014

Desgarrones

La voz se rompe en mil pedazos. 
Se quiebran las miradas. 
El sonido silencioso atraviesa un mar en calma sin alterarlo. 
Se rehúye la vigilancia. 
El corazón se desgarra cual tela antigua y desvencijada. 

La sonrisa se transforma en una mueca triste con visos a convertirse en una máscara de tragedia. Los jirones de sentimientos están despedazados y ya sólo queda un triste desgarrón enganchado a los restos de un corazón aún palpitante. 

Los labios se agrietan. 
Las lágrimas saladas corren por el rostro, curtiendo las heridas. 
El último sentimiento se desprende de su lugar de anclaje. 

La mirada se vuelve pétrea. 
La sonrisa inerme. 
La voz enmudece. 
La armadura endurece su alma.

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