martes, 10 de junio de 2014

Quisiste nadar

Quisiste nadar
en el fondo del mar
pero tus pies y manos se enredaron
entre los recuerdos pasados.

El océano,
como un dulce amante,
en la orilla de tus sentimientos
buscó su muerte unánime.

Arrulló tus pensamientos
que jugaban con espuma y caracolas,
mientras, en un baile sin melodía,
tu alma era custodiada por sus olas.

Revives el momento
en el que el cielo se cuajó de estrellas
mientras tu voz cantaba
acompañada del murmullo de las olas.

El viento
agita tus cabellos
y te trae el aroma
de la sonrisa olvidada.

Tendida sobre un lecho de algas
recuerdas el lento amanecer del día
mientras tus ojos se cubren
de una venda de sal cristalizada.

El sol seca la sal
que por la noche
se depositó sobre tu cuerpo
creando una mortaja que marchita los sentimientos.

El alma se ha marchado
del cuerpo humano
en un intento vano
de desterrar los recuerdos pasados.

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